Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

11.22.2008

Nexo

Somos
locura encrucijada,
cosmovisión regresiva
a la tormenta estigma
del sueño, con la imagen cero
en rojo, sobre la piedra
de las lágrimas ausentes.

Buscamos
en la oculta afluencia del día
reinar por amor
el desierto negro,
en una caricia terciopelo
al poseedor del iris en nuestra mirada.

El caos, seduce traición,
las muñecas quinceañeras
dan a los aprendices vaginales
la poesía de la carne al transpirar.
Los vampiros de la conciencia
se quiebran en la única nada cierta,
“la muerte siempre nos llega…”

Para nosotros
el paraíso es un seno empinándose,
cerrar la puerta de la vecina delicia,
desmembrar esos ojos
para los que no tuvimos espacio,
jugarnos a cara o cruz
la dinámica de los fluidos corporales.
A todos nos encanta
calibrar una sonrisa como introducción
al viaje en la cornisa de alguna piel.

Estamos,
mis arlequines y yo,
dispuestos a estilizar otra alma,
llevarle por los bordes
de alguna charada fatalista,
saborear los peligros de una inmensidad
secuestradora de acción excitada.
Sobran mentes incapaces
de matarme en un coito cinismo,
mis miedos balbucean libertad
seré extremo ficticio
y ella, mi víctima,
me dará otros veinte minutos de felicidad.

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