Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

12.26.2008

Encontré agotado mi amor por mí...




Los soldaditos de plomo

que ejercitan a diario con mi conciencia

son astronautas a cualquier causa no compleja.

Tienen sus armas, olvidadas en mi pecho,

son tan cobardes que en una caricia

regalan sus cascos, sus cielos

y hasta sus dos o tres cartas al verdadero amor.



De mi parte,

los lunes tengo una sombra buena

que me cuida y me alimenta de pecados,

luego me abandona

y vuelve a los veinte centímetros

que le dan seguridad,

me obsequia un te amo

intentando mudar de cama a la soledad.



Me podría matar ahora mismo,

tal vez se entere mi cuerpo

y antes decida volver a casa,

dar una vuelta por ese universo

que no fue mío ni mucho menos,

pero qué extraño, en su hoy inanimada realidad.



Entiendo que nunca llego a mi suplica

la aljófar que prometía mi único amor,

no llegaron ni su perfume,

ni sus espasmos atemporales,

es tan pálida mi tristeza

que de pensarme sonriente

se acabarían mis días.



Es debidamente necesario

para cultivar un adiós no peligroso

hacer del futuro suicida

un réquiem en lamentación divina,

si quizás tenga suerte

y encuentre en esas horas previas

un acto de olvido para aliviar sus penas.

Quisiera morir.



Mis tropas poca voluntad tienen

ayer nomás alzaron banderas blancas.

Me rindo de estar libre.

Quisiera estar atado a otro sueño

que tenga un tiempo cierto para nutrir mis arterias,

desearía que en el fondo de mis manos sin milagros

se vendan etcéteras por palabras espartanas,

aunque quizás lo mejor, sea intercambiar almas

en un pacto, de esos prohibidos.



Ya casi sin fuerzas para caer

mutilo en estos versos un espejismo

de lo que deviene en mi cotidiana hostilidad.

Pudiere ser otro el que tuerza su brazo por mí,

seguramente es él, besando a mi luna llena,

pero todo mi interior sabe

que soy yo el que decide esta condena,

y este corazón que late,

que late desgarrando hasta lo que la muerte no destila.




1 estrías de entendimiento:

Diosaoasis dijo...

Muy original muy bueno.