Me asusta su boca roja
desnudando mi satírica lengua,
que sus manos
nutridas en aromáticas cremas
le hablen a las mías
de otros cuentos con finales felices.
Le temo
porque ella es la altruista de mis soledades,
una perla oscura
dormitando la fiebre del mar,
envuelta por una liana
desnudando mi satírica lengua,
que sus manos
nutridas en aromáticas cremas
le hablen a las mías
de otros cuentos con finales felices.
Le temo
porque ella es la altruista de mis soledades,
una perla oscura
dormitando la fiebre del mar,
envuelta por una liana
que esboza en su vuelo,
dos mitades,
su cuerpo, su alma.
Todo
tiene un punto fijo
y otro que se escapa
en voluntad de descensos
que van hacia arriba,
en mi pestañar, por ella
no existe peso gravitatorio.
Se aglomeraron
en mis cuerdas evocables
las tres palabras
que suspire en aquel adiós.
Pero su cristal toma formas
exageradamente ambiguas,
si hasta el delfín
que encontró un lunar en su espalda
en cenizas termino
por su mirada angelical.
dos mitades,
su cuerpo, su alma.
Todo
tiene un punto fijo
y otro que se escapa
en voluntad de descensos
que van hacia arriba,
en mi pestañar, por ella
no existe peso gravitatorio.
Se aglomeraron
en mis cuerdas evocables
las tres palabras
que suspire en aquel adiós.
Pero su cristal toma formas
exageradamente ambiguas,
si hasta el delfín
que encontró un lunar en su espalda
en cenizas termino
por su mirada angelical.
¿Cómo no temerle?
Si sus cuclillas enervan mis ojos blancos,
si su andar entre piernas
enceguece mis pupilas gustativas.
Si sus cuclillas enervan mis ojos blancos,
si su andar entre piernas
enceguece mis pupilas gustativas.
¿Qué habrá hecho?
Era infeliz,
pero debidamente cuerdo.
Era infeliz,
pero debidamente cuerdo.
Quizás nunca tuve en mi lujuria caníbal
los puntos suspensivos del silencio,
ni la elegancia del artista
que hace eco del bostezo,
pero no hacía mal,
ni odiaba,
ni quería,
ni sabía fingir una sonrisa.
los puntos suspensivos del silencio,
ni la elegancia del artista
que hace eco del bostezo,
pero no hacía mal,
ni odiaba,
ni quería,
ni sabía fingir una sonrisa.
Ahora ya es tarde
perdería el corazón,
si fuese delito en mi urbe
un latido esperanzador.
perdería el corazón,
si fuese delito en mi urbe
un latido esperanzador.
“y temería tanto que lo vaya a sentir”
Canción que inspira!!
6 estrías de entendimiento:
si señor una cabina,por lo visto eran las tipicas cabinas teñefonicas nordicas jeje un abrazo
oscuro!
En algunos versos demostrás una interesante capacidad para jugar con las palabras.
Un placer leerte.
Gracias por visitarme y dejar tus comentarios.
Nada más gratificante para mí que saber que otros pensaron a partir de alguno de mis escritos.
Saludos,
Pablo
tanto las ilustraciones que pones, como los poemas, acertadisimos ;-)
Gracias por pasarte ^^
Bellísimo.
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