Nimiedades bordeaban
las esporas de tu garganta furiosa,
de piélagos incestos
vivían las acuarelas en tu boca,
los besos que mutaban
sin un compromiso de ciencia homologada
se hicieron un brote vacío
en júbilo de algún suspiro caníbal.
Llegan las veinticinco horas
de esperarte desnudo
en mis trenzas apocalípticas,
llegan momentos de eterna fricción
con los cuerpos que nunca consumimos.
Te olvido
de toda idiosincrasia
de todo abrazo capaz de cubrir un mundo enfermo,
de cada rezo en que me prometías
un edén infierno para todo tormento.
Te olvido
en nombre de las amnistías en tu almohada,
en flagelación manceba
con los siniestros de tu rostro al bostezar.
No hubo pestañar en que no te haya deseado,
y no habrá secuela de tu encantamiento
que roce el libido de mi alma desesperada.
Te olvido
siempre que extrañarte
sea la condena
por no saber amar
los labios de la soledad...
las esporas de tu garganta furiosa,
de piélagos incestos
vivían las acuarelas en tu boca,
los besos que mutaban
sin un compromiso de ciencia homologada
se hicieron un brote vacío
en júbilo de algún suspiro caníbal.
Llegan las veinticinco horas
de esperarte desnudo
en mis trenzas apocalípticas,
llegan momentos de eterna fricción
con los cuerpos que nunca consumimos.
Te olvido
de toda idiosincrasia
de todo abrazo capaz de cubrir un mundo enfermo,
de cada rezo en que me prometías
un edén infierno para todo tormento.
Te olvido
en nombre de las amnistías en tu almohada,
en flagelación manceba
con los siniestros de tu rostro al bostezar.
No hubo pestañar en que no te haya deseado,
y no habrá secuela de tu encantamiento
que roce el libido de mi alma desesperada.
Te olvido
siempre que extrañarte
sea la condena
por no saber amar
los labios de la soledad...
2 estrías de entendimiento:
Yo no se amar la soledad me da miedo esa palabra... de hecho me enamora el silencio pero no tanto
Muchacho, que buenos versos. Excelente.
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