Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

5.12.2010

y yo también...

Él nació en la medianoche de un sábado,
fue una suave brisa en el calor de febrero,
y yo también…

Él fue el primogénito de dos seres astrales,
pequeño de rulos caprichosos,
con ojos etéreos
pero de mirada perdida.
Demasiado mimado,
demasiado consentido,
y yo también…

Él ya tenía a sus tres años
dos hermanos que eran la sonrisa de su risa,
que fueron su nube preferida,
su sol nocturno, su estrella de día,
sus juegos, sus mañanas mas calmas,
y yo también…

Él tuvo una infancia humilde,
de noches tristes, de noches alegres.
Él disfrutaba de la vida,
unido a una familia que nunca le hizo bajar la mirada,
y yo también…

Él mudo su mundo de fantasías
a otra escuela, a otro barrio,
empezó a conocer la libertad,
los valores de una sana amistad,
él corría mientras sus sueños
iban volando tras un balón,
y yo también…

A él la adolescencia
le vendió suspiros, alivios,
le cambio estaciones, besos,
le supuso cuerpos, silencios.
A él las flores se le hicieron canciones,
las mujeres el fruto de sus pasiones
y el no estar nunca atento al miedo
se hizo su dulce aflicción por lo eterno.
y a mí también…
y a mí también…


Él descubrió la poesía,
cuando su corazón apenas ardía.
Se enamoro de todas las artes,
de todas aquellas expresiones
que llegaban a su alma antes que a sus manos.
Él aprendió que lo esencial
siempre iba a ser invisible a los ojos,
e hizo del principito su única escuela.
Y yo también…

Él nunca quiso querer,
pero sus hormonas comenzaron a perder la fe,
buscó y no encontró,
se perdió en el ruido y fue cuando hallo
su primer amor,
amor que fue una tormenta
en medio de la más intensa soledad,
amor que le regalo versos desesperados
y las noches más tiernas para su corazón,
amor que le acompañara por siempre
en su hoy estoico y esquimal voluntad.
Amor, que tuve también…

Él de continente tuvo que cambiar,
dejo su infancia bordada en la pared,
sus calles que tanto camino,
su Andes, su hermoso y altivo refugio terrenal,
sus sábados y el pase gol,
su sesenta y la espera,
su familia que tanta paz le ofrecía,
sus amigos y sus maneras
de ponerle a la vida, felicidad.
Y yo también, y yo también…

Él ahora anda en busca de si mismo,
de encontrar un sueño a que aferrarse,
anda con ganas de salir a la luna
a pintarle rostros afables a cada estrella perdida.
Él aún espera encontrar el arco iris,
hallar la entrada al nunca jamás
y porque no, volver a empezar.
Él es aún un niño que no sabe volar,
que le teme a la soledad,
que escribe poemas sin saber pensar,
que siente más no estando que abrazando un cuerpo de papel.
Él es aún una piedra
que busca su alma en un río,
o en una lluvia de verano
de esas parecidas a una película de amor.
Él es un pequeño gigante,
en cuerpo de oso, en mente de arena,
él es un espejo quebrado en llanto interno,
es una respuesta a una pregunta
que todos guardan en el bolsillo.
Él es mi reflejo del otro lado de un niño dormido,
mis miedos a punto de saltar por un precipicio sin suelo…
Y yo también, y yo también…

2 estrías de entendimiento:

Soophiee dijo...

Hola! Como estás??

Soy DangerGirl y te aviso que cambie de blog por distintas cuestiones y quería tenerte en el nuevo!

Espero que puedas pasar a visitarlo!

http://SofiaGimenez.blogspot.com


Muchas buenas vibras!!

Adiós

Sophie

la cultura gótica dijo...

Me ha encantado el poema,por que en el múndo, por muy extraños que seamos, todos tenemos a alguien con quien podemos compartir nuestras vivencias o gustos. Ah, y gracias por el comentario que as puesto en mi blog