con los que disimulas mi estela entre tus otros huecos,
me duele que seas práctica
a la hora de enfrentarte a mis suplicas
y que durante los restos y naufragios
cierres y abras tu mundo interior
como el pestañar de la mariposa en mi lombriz.
Duele escribirte con símbolos,
teniendo que rodearme de insectos bípedos,
teniendo que hallarte en fuegos blancos
entre dedos como malvones rosados.
Duele esta ambición narcótica
por contenerte en un lápiz labial
y este desliz que tengo como misántropo enternecido.
Duele no estar apretando tus muelas
con las muelas que tome de tu alma,
las mismas que le robaste a ese ángel de pene herido.
Duele la poesía cínica
en la punta del siervo nexo,
duele que toda mujer hermosa
estime el adjetivo antes que al verbo posesivo.
Duele mirarme desde tu ombligo,
sin tu ombligo...
2 estrías de entendimiento:
He muerto en la última estrofa...pero resucitaré.
Qué grande.
Un beso.
¡Brutal!, desconocido amigo, ¡Brutal!
Un fuerte abrazo, y ¡No dejes de escribir!
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