Eso que se duerme dentro, y que sólo la música despertará...

Sentado a la vera del olvido,
ojos cruzados, manos heladas.
Testigo de un cielo esclavo
a nubes borrascosas,
dejo elevar aquello llamado espíritu
en búsqueda de otro perdón.

Tener la mirada recia
no me hace un hombre seguro,
oler a vid y caminar descuidado,
no me hace enfermo de vida.

Me equivoco tanto o mas
que cualquier naturista nadando desnudo,
puedo ser vil, egocéntrico,
caprichoso e introvertido,
puedo morir también
sin saber porque estuve vivo...

Somos algo que se reprime,
encriptados en la matriz ajena,
somos gotas de miel
embelesando raíces infectadas en odio,
somos seres proclives
a cuantificar resignaciones...

Alguna vez pensé edificar
un amor hasta el sol,
pero dolía tanto mantener la respiración,
y al amor, y al amor,
que termine por abrir dos puertas
olvidándome en la ventana el corazón...

Perdido en la bruma del silencio
intento desprejuiciar mi propio encierro.
Encuentro armonía y paz en la música,
me refugiare en ella,
hasta encontrar luz en mi valle interior...