Requiem de verano (dueto con Jazmín)

Hay una muerte dentro del sol
susurros agrietados
apenas existentes,
dos latidos.
Despedida, de ojos claros,
de faldas a dos dedos del sexo,
un adiós a la flora narcotizada,
a las líneas blancas
que separan mi océano de tu bahía.

Como si no fuese suficiente
extinguir el tibio aliento
de las nubes paseándose
por encima de los zócalos.
Imagino, tu mirar meretriz,
el viento, remolinos, tu cama.
Abrazo caricias de rocío mundano
con huesos tibios, marfil oxidado.

Acorralados en azul,
hacemos una pausa.

Todo esto para sentir
la lengua,
en sombra de sombras,
la última vez
de la llama cercana,
la primer nimiedad
de la ninfa orgullosa.

Hablamos con postales viciadas,
con lazos, con rostros vidriosos,
cuando una húmeda brisa
va danzando por nuestras frentes;
y los brazos del aire
hacen círculos de calor
encima
y a través
de cada cuerpo.

Soy mío
en una horda de rayos solares,
sos tuya
en tu jazmín exuberante.

Entonces,

redimo,
al menos,
esa imagen de mi rostro
cerrando sus ojos,
aspirando libre,
el hálito de la tierra.
Juguetear con una oreja
sentir nuevas latitudes
eternamente cambiantes.

Haciendo despedir colores amarillos
desde una boca ausente,
con esa diminuta muerte del sol.

Es una luz que se apaga,
plagada de silencios.
Canibalismo blanco (luna engullendo sol).
sentía tu sonrisa jaspeada,
desnuda de toda ilusión,
deslizándose por sábanas tibias,
mientras mi alma muda
flagelaba su seno con tus canciones .

Día suicida, a soñadores de ventanas.

Él contó cuentos, alcoholizado en la cama,
sabiendo que su absurda nostalgia
no estaba tan sóla.

Ella esperaba otros crepúsculos
agonizantes, esos
donde aterrizar el fuego simple
de la vida,
donde estalla el sonido de dos parpadeos
distintos, los de ambos.

Y es, un ruido ensordecedor que nunca vuelve...

YO

ELLA (Amelie o Jazmín... o como le conozcan o desconozcan)

NUNCA ME HABIA COSTADO TANTO SUBIR UN ESCRITO JAJAJAJAJJAA.... casi lloro!