Mi poesía apesta,
lo digo con calma
atándome cruces
en el ombligo anterior de la rodillera derecha.
Es aritmica, (verso anterior)
para un canto de paz,
o de amor, amor y amor.
Es ciclotímica,
pero por ello culpo a la genética
y a esos tristemente célebres payasos
sin humor distímico.
Es vulgar e inconexa,
vulgar para lame orgullos
de hermosas vocales
y libros reprimidos pero bautizados,
inconexa para los no atemporales,
los que viven a dos calles reloj arriba.
Es también soez,
manipuladora,
ingrata,
y porque no,
también es ajena.
Mi poesía es cancerina,
mal escrita, mal hablada.
Es una partida de ajedrez
sin tablero, sin jugadores,
con las piezas en forma de humanos,
pero armados, enfermos
y alguna que otra escasa vez
con dulces enamorados.
Este ¿poema?
Acrítico y tercermundista,
no viene a pedir clemencia ni audiencia,
tampoco va distorsionado,
ni en tono agudo, ni humorístico,
ni mucho menos busca herir la suspicacia
de cualquier estirpe cautiva.
Es tan sólo un segundo de reflexión interna,
donde la luz nunca me existió.
Y si hundido en mi abismo,
es que intento iluminar,
la desgracia quedo impresa ya en sus labios.
Ojala se entienda,
ojala me entienda cuando deje de sangrar…
1 estrías de entendimiento:
al menos tu eres capaz de escribir esto, que yo ni lo hago. estoy en el mismísimo punto que tu.
un saludo
Publicar un comentario