Salir de la boca torcida,
ir despacio por sales/aguas,
alcanzar,
el mediodía en litoral.
Mojar el sol,
huir de la voz
que es mantra,
profundo, azur.
En cuero,
de cuerpos austeros.
El cirial rojo,
invita al juglar,
los acólitos son nuestros nombres
devorando las cabezas
de lo que nunca deseamos despiertos.
Cicatrizamos de adentro hacia fuera.
El hedor a poder
es tantra a otra nueva abducción.
Mientras el sabio vuelve al caparazón,
la mandrágora se muerde,
también queriendo vivir...
2 estrías de entendimiento:
Impresionante final
Se te echaba de menos :)
Es la génesis, pero también es un poema eterno.
Y así como decís vos, cicatrizamos los tristes.
Siempre hermoso, siempre.
Te quiero
Besis!
Ana
Publicar un comentario