No encontré título

Mi amor propio

una tertulia ciega entre Kafka

y el alter ego de Dostoyevski;

Ergo una cicatriz sin herida.

Sé que me engaño,

me conozco de puta, de proletaria.

Más simple,

tal vez hoja,

tal vez otoño envejeciendo solo.

La última vez que una hormiga me camino

tuve alegría y un gesto de pertenencia broto en mi almanaque.

No es llorar,

no es el verbo amar,

no es tener y compartir,

no es ilusionarse y esperar.

La extraño, me extraño,

todas las ventanas se rompen cuando la recuerdo.

No, Alejandra nunca me enamoro,

tal vez su suicidio, tal vez su hormona vacía.

Necesito caos,

tener un faro apagado,

ser el símbolo del punto final,

ser la flor del mal,

necesito ser.

Si Peter Pan me viese abandonar,

si mi complejo de Wendy, fuese Alicia,

si tener alas me hizo volver a preguntar.

Yo crezco,

cada día la hoguera aúlla mil reproches.

Ella es hermosa,

es como un árbol naciendo del cielo

tal vez son sus ojos,

tal vez es que su sonrisa es mi última respuesta

a ese estado ebrio en que la ausencia

es una ciudad que se abre y es humo.

No voy a poder hilar un verso,

es un simulacro

una confesión para que la fe siga muriendo,

para que las llaves salgan de la casa…

Nunca fui un buen poeta

Nunca fui un bien

Nunca fui uno

Nunca fui

Nunca. 

Al menos hoy, no te voy a perdonar...