Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

9.04.2012

Día 25 o día triste 17 o el azar

El número 25 siempre me atrajo en demasía, diría que es mi número favorito. Ahora bien, la deformidad de las últimas tentaciones no intelectuales a las cuales he sometido el azar de mis desgracias, me vio envuelto en la paranoia de los círculos en trenes y nubes que realmente no llegaron jamás a existir. Sometido al delirio de no estar encontrando retazos ciertos de humana civilización en mis pensamientos es que decidí sin decidirlo del todo embaucar cada una de las alteraciones oníricas en que mi pubis se había enrojecido noches atrás.
Tal vez por dar tantas vueltas en una sola palabra, es que la gente y su pequeña grandeza literaria no llega a ensimismar la realidad en el espejo, ni menos perturbar el atisbo de promesas con un instante de cordura ajena. Es fácil desprevenir al asustado y difícil estar encima de la orbe protoimaginaria, uno llega hasta a subestimar el ejercicio mental del agente inquisidor a tal punto de sentirlo una especia de media en el pulgar, demás, innecesario, cuasi rehusable de ser objeto de análisis o burla.
A veces en el mediodía de mi litoral memoria, ajedrecistas inmolan cicatrices, otras veces el verbo es la hoguera y el destello poco ilustrativo de la raíz se queda envuelto en las manos de alguien que llorando espera el limbo boca abajo con las cartas desprovistas de azar.

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