Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

10.01.2013

Ocaso I

Mi amor,
ya no te amo.
No temo perderme antes,
ni caminar días, solo, en el después.
Amor, no hay vida de a dos,
si el uno no es reflejo, si el tres también suma.

Afuera, un día soleado,
hermoso aquelarre de infinitos.
Adentro,
la taza de café es lluvia en mis ojos,
la tarde pasa de una mosca a otra.

Todo lo que deseo en vos es poco,
podría pretender más,
tu cuerpo, la montaña, tu río lo valen.
Te quiero, y te necesito lejos.

Aunque todo de mí vaya hacia vos,
nunca te alcanzará.
Aunque te entregué otra vida,
o le haga cosquillas a la tortuga de Dios,
aunque te abra muchas puertas,
soles, ideas de puntos imaginarios.
Nada te va a satisfacer
si no puedo desubicarte los ojos de mi piel.

Mi amor,
ya no estoy vacío.
Ahora te espero sin tener que estar vivo,
así como el plato sucio,
como la entrada a una espina demorada y casi sin sangre.

Un día, vas a abrir todos mis poemas,
te los pegarás en la ropa, los usarás de zapatos.
serán tus sombreros, tus guantes
y tu remedio para la tos.
Un día estarás tan desnuda de olvido,
que mi amor, mi tonto amor te irá a desvestir.

1 estrías de entendimiento:

Gustavo Cavicchia dijo...

Bien por este poema, su final es estupendo.