Día 14 o día triste 6 o día vacío

Los vicios desatan el yo en su forma mas natural. Se deja uno inducir en cauces poco propicios pero a fin de cuenta satisfactorios al menos en ese instante exacto en que su comisión enaltece la condición de humano irresponsable para eso del buen acto moral. El último vicio que me desnudo de latidos, también me dejo inequívoco en el gesto de estar gritando sin voz.
Le hable a ella, desde un rincón antinatural, con las hormonas como ateístas manos en busca de fe, con la exaltación suficiente para brotar sin sol aún en la boca de un astro menor con estrías de luna. Ella en su cuenca de flores y procesiones balsámicas ignoro al Perseo erigiéndose en mis voluntades, y desfallida, y solitaria, y hembra embaucada decidió postergar la asunción de sus labios y mi nombre para otra espera menos poética, mas cuántica, mas necesaria.
¿Qué era la vida? Mentir, sentir, dejar que el caos introspectivo sea lluvia para otros seres sirenas. Yo me he vencido, me he vuelto un niño soldado con brazos dormidos, con la culpa como abrigo y dos o tres memorias para entenderme como un frasco sucio pero aún no vacío.