Día 2

No se cual es mi sombra, ni cual es el camino que debo no seguir para no hallarme despierto cada vez que caigo del sueño y una nube me roba la pupila izquierda por gracia o risa de un afeminado robot unicelular con vientre de agua y cuerpo de aire... mera ficción, mera inducción sin sentido no literario.
Tal vez el día en que levante el sol debajo de la falda, tal vez el día en que el sol no sea una falda a medio pestañar, tal vez el instante incestuoso en que la flora viola a la fauna y el mundo engendro cierra los parpados circuncidando lo afable que es la regresión sin cuerpo, sin alma a la cual diabolizar.
Tome la cruz del fondo del vaso, me dispuse a salir disparado por el recuerdo hasta la última boca celosa que me murmuró... encontré vacío el techo de la desgracia e igual, tan ingenuo y mancebo a toda promiscua interpretación pseudo-coito- intelectual caí resignado, aplastado, sonriente pero no del todo feliz. 
Valía la pena intentarlo, pensar que el día 2 sería algo más que cínica y austera introspección.