Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

8.26.2012

Día 21 o día triste 13 o el insomnio tardío

Las manos del ciego parecían alcanzar constelaciones nunca antes avistadas por los seres normales, miopes por naturaleza. La magna creación del ser no existencial dejo perplejo al budista vestido que era yo antes de comenzar a levitar o despertar.
Lo comprendí todo sin siquiera pensar una idea infeliz, nunca hubo un ciego que mirase mejor que el cuerpo mismo para dentro. No se entiende. Lo entiendo.
La música vistió la mística, la musa la tenía avenada en la prehisteria de la noche pasada a las cuatro y treinta y dos am. Ella no conoció que todas esas constelaciones tenían restos de su nombre, de su armoniosa incapacidad para desfibrar vacíos. La llamaría hasta que la llama que nunca consumimos sea agua, luz y alguna imperceptible membrana no ocular.
No me veas, no me busques en esta prosa sin prosa, no estoy ni estaré dispuesto a enfrentarme a un mundo sin constelaciones nacientes. Desearía que el ciego que no soy, no me vea desesperar en esta espera sin espera. Muévete, hasta desaparecer, hermosa, tan hermosa a mis mustios ojos vencidos.

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