Día 5

No empece por perderme, tampoco termine por hallarme. Jugué con lo enfermizo de la ironía hacia uno mismo y el resultado obtenido fue no tener respuesta alguna.
La verdad casi siempre es mentira, desde el otro lado de la incógnita vacía. Estoy vacío, quizá sea una mentira, quizá una verdad del lado de la incógnita.
Hay días en que no debería ser necesario escribir. El quinto día me tiene tan angustiado en lo onírico que lo lineal y críptico de la metáfora en todas sus escuelas me da risa, ira y un nervioso malestar mental. 
Tengo ganas de encontrar la forma de hacer mas angosto el pozo interior, para no moverme tanto, para no ser un pez que simplemente nada. Quizá estando apretado la idea de felicidad sienta la caricia de la vida y explote para que el globo tengo agua, sed y rostro de piel. Perdón tuve que irme sin ser visto.