Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

11.19.2012

Día 50 o día infeliz 7 o el resto de un cable en el espejo

Que los cables comunican, que se enriedan, que son estorbo y cercanía. Que emiten señales de la voz, del corazón en un sumidero vacío, que son un látigo sin misericordia cuando el afán de estallar es blanco fácil de un "no" y la seducción es un cuerpo incierto elevandose en hostil gravedad. Que los cables llevan, que los cables traen, que son y no son, que escuchan y reptan el holograma de la sien sin piedad. Que hasta tienen hambre, que hasta se reflejan en el espejo... hoy, ayer ya lo sabía, y hoy lo entiendo y hoy soy ese cable con narcolepsia, con un mundo que sobra y un espejo que calla, que solo calla.
Se me desenredo el nudo en el vórtice axial de tu nombre y los recuerdos que me ocasiona la intervención tecnológica en el exterior de mi interior. Ojala este dibujando un sentido en esta inoperancia de nunca acabar, ojala que en esa interpretación capsiosa y orgullosa de la vida logre dejar de añorar la belleza de los libros que no tienen restos de sien en la humanidad copiosa, sin piel.
Los deformes ovoides se amontonan, los eucaliptos anestesiados se vuelven sabios. Yo escucho, yo grito en silencio e interpreto la música de los estivales inviernos sonoros de mi vulgar ayer. Hablé sin tener ojos, sin haber tocado el perdón y sin nombrarte, pero con un cable, con tu voz en él y un aparato lacrimogeno dotado de poder... espejo.

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