Por esa ventana ella salió de la boca del niño pez. Nadó en un espacio de gravedad y cinismos a media cintura. En un álamo herido quedó colgada, tras estallar su voluntad, tras sucumbir al placer de desaparecer.
En esta ventana quede guardado como hombre elefante, quizá una especie de cuadro realista. Un bosco deforme, un niño triste dominado por el cáncer social de pertenecer y no saber reconocer.
Si. Ella nunca pudo desprenderse del sol y la una. Yo por mas que transmigre y emigre no alcanzo el valor óntico de su ciencia desnuda.
No. El conflicto hormonal jamás puede explicarse. Y aunque fuese tornasol, y aunque una tacita de suicidios venga bien cada mañana. Cada istmo en su isla perdida, cada vórtice en su romance incompleto. Y yo, y vos y la escalera que es el valor permanece integra, enferma y neurológicamente vacía de techos. No respiran las mantas, ya no.
Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...
11.30.2012
Día 51 o día infeliz 8 o la ventana
lo sintió, pensó y escribió: Kid A en 5:39 p. m.
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