Depresión heurística

Con el cactus herido,
la médula es sabia savia.
El holograma regresa a la máquina,el sariama desaparece
y todo lo rojo en la habitación
es mi ojo, mi voz y vos.

Lacértidos ladran sin poder ladrar,
gotas de un septiembre dormido
caen del almanaque sin alma.
El nudo que quería ser un acuario
tomo forma flébil
y el resto de los astrónomos
que soy cuando no llevo humedad
deshumanizaron el arte por un poco de piel.

Efluvios de simpatía lloran en la ventana,
los peces transmigran en flores
y la cárcel que el beato prepara para sus ignorancias
nace de este arrepentimiento por estar hueco.

El dogma es claro,
toda tristeza es una fábula mediocre
si no existe la soga en la pastilla.
Toda alteración instrumental a sentir
es el vacío antes de sonreír.

Me invente un dolor y fui un hemistiquio feliz.