Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

12.12.2012

Día 53 o tristeza final 1


Buen día, buenas tardes. El mundo giró desde su ombligo, el mundo es un ombligo y uno no gira, se estanca en la espera de una respuesta favorable a esa desgracia humana que es comenzar o volver a sentir. La mayoría del tiempo los condenados al laxo abandono territorial somos juguetes uniformes que solo respiramos si no latimos, luego, cuando la due
ña de esa suspicacia conocida como belleza se arrepiente del vulgo en que nos ha acostumbrado a existir nos niega, comienza entonces el ciclo menstrual de los silencios, los suicidios colectivos y las respuestas a preguntas que nunca se hicieron, emergen sin saber nadar.

La decepción es una carcél de entradas múltiples donde el comunicado social exige una responsabilidad cualitativa, es decir que el infortunado debe asumir su rol e interpretar el desinteres de los demás como una fobia a las expresiones del corazón. Tal vez es ironía reprimida, tal vez es una risa de nopal herido.
Lo bueno, lo práctico de escribir con símbolos es que las avestruces abren sus alas y los emisarios del tiempo adelantan la siesta, el vino y el pan. Lo malo es que uno lucha por ser abrazado, consolado y hasta dibujado en una mirada de complaciencia feliz y ese deseo de aceptación no es más que un círculo de preteritos en verbos oxidados.
Estoy a punto de morir o de nacer, lo cuestionable es la vergüenza que ocasiona la sinceridad. Alguién estudia, otro se obsequia un libro sin saber leer y otros, esos de oro y piel miel juegan con abejas a hablar, escuchar y llorar.

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