Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

1.02.2013

Abalorios desnudos


El mandala enfermo,
los abalorios desnudos
y un nuevo año para cerrar viejas ventanas.


Tan laxo como enamorado de los nudos
el narcótico príncipe feliz
se adhirió al limbo pragmático,
ese limbo que viene tras el exilio
del vientre, la libélula, y el dolor por el amor.

Buscar símbolos es oprimir el perdón,
es sentarse en los ojos de una luna deforme
tan gorda que de sus estrías nacerán nuevos soles.
O más fácil para los pintores de la poesía sin ajedrez,
es estar sonriendo en las alas de un elefante ciego.

Que anoche llore, que mañana tendré dos suicidios menos,
son vacíos alfanuméricos que no afectan al rencor humano.
Soy pobre para describir una emoción real,
sufro de leso afecto con la ciencia social
y eso lo reflejan mis respuestas a unas mil no preguntas.

Tengo el corazón dormido en un semáforo
y Mendoza juega a mis mañanas
con todas las rubias ahuecándose en la corona.
Yo soy libre para fingir, y me amarro a los nudos,
no llego y no alcanzó. Nunca basta, nunca.

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