Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

1.31.2013

Los invisibles


Los invisibles atamos el nudo ciego al vacío,
somos suspiro ausente,
música callada,
melodía gris,
cartas con espejos vencidos…

Los invisibles comemos,  
crecemos sin poder volar de pie,
como una luna marchita
en un niño sol de agosto.
Queremos extendernos,
abrirnos, pertenecer.

Los invisibles lloramos
para secarnos por dentro
y ser ese infinito donde las mentiras dan igual
y las luces estén tan cerca
que los dioses duden de la belleza en la oscuridad.

Los invisibles también reímos
y somos globos viajeros,
mercurio y olivos en un televisor apagado.
A veces queremos querer
pero nos duele mantener la respiración
y subimos hacia abajo
y odiamos las escaleras.

Somos manada y elefantes dormidos,
pero no morimos,
pero no tenemos miedo a la lluvia
y somos,
siempre somos ese almanaque sin compromisos.

Los invisibles soñamos
y por soñar olvidamos vivir,
sobrevivimos con poco
y nunca , pero nunca dejamos que el acuario se llene.
Después de todo, ellos,
los hermosos narcisos dominan el viento
y hacen que la marea suba
y que la espera baje.

Los invisibles igual esperamos.
Mientras, amamos ver como la ciudad crece
y se devora los planes de parejas sin nombres.
Escribimos libros e historias
que no se saben leer,
inventamos esa otra realidad
donde callar es un simple gesto de emoción.  

Sabemos de los cines y de las llaves para no volver
y aún y todo, tarde y llenos de temores
regresamos a ese principio básico
de cambiar para ser una de esas tantas cosas
que ella, nuestra ella, puede amar y comprender…

0 estrías de entendimiento: