Sólo decir que este es un espacio donde un niño-hombre-pez hueco-esquizo-simple deja sus ilusiones-intenciones-compromisos-desvaríos, en forma de versos-lágrimas-insectos, un espacio para ausentes muertos que no llegan a besar el suelo o ni llegan a perderse o a encontrarse, ni existir...

2.11.2013

Los suicidios de un falso domingo

Subir la escalera, hablar con las fosas cerradas,
pensar en el paraíso bajo los pies,
oler a humedad y transgredir en ese ápice de odio
que somos cuando la cordura nos devuelve
y bajamos, bajamos la escalera despacio.

Yo vi nacer en mi miles de muertes,
me enamore de algunas,
a otras simplemente les negué mi costado izquierdo.
Desde la oreja derecha recibí tímidos afectos,
la gente casi siempre tiene un buen motivo para ignorarte,
que es algo así como asesinarte.

Ser un gordo neurasténico con el autoestima bajo
y con la culpa en los bolsillos de tantos miedos asustados,
es la cárcel malinterpretada en el oficio de sentir.
Yo quisiera, si este domingo me lo permite,
volar,
escribirle un verso a ella que se adhiera a su flor
y sea su escudo contra toda pena,
despertar y abrir el cofre del verbo en sus piernas,
también quisiera tener ojos en los pies
y besar con párpados inmóviles la sombra de su ajedrez.

Tengo en cierta forma ganas de arrodillarme ante la muerte,
contarle de mi adicción al café,
a la cerveza,
a las mujeres con frío,
a regalar chocolates, libros,
a leer y ser escupido…
Plantearle la absurda teoría de huir y ser un árbol,
abrazarme tanto a su consuelo que nunca me deje ir con ella.

Ella, pienso en su nombre y sonrío,
es tan dueña de mis más dulces intenciones
que imaginarla es un acuario en llamas.
Si pudiera vendarle los ojos y escucharnos sin hablarnos,
para interpretarnos sin mirarnos,
seguramente el no en sus labios también sería hermoso.

Yo no sé a que vienes domingo, con nubes cansadas,
con la música de autos dormidos,
con el retraso del cine
y las horas fantasmas de un sábado en sus ojos,
si yo, tan ajeno a la voluntad del cuerpo
tan solo recreo conversaciones, gestos, besos,
inconciencias y malabares en un abrazo sin huesos.

Que me importa que a mi que nunca me quiera la vida
o que las sombras o los peces se escondan de mi hueco.
Que me importa si estar atado es la libertad
o si las moscas duran mas de veinticuatros horas en mi cama.
No, nada trasciende si no hay dolor,
nada se imprime en la conciencia si no hay sangre o sudor.


Todos saben que este domingo
no me encontrará amando el nudo en el cuello,
tampoco estaré en el acuario sin alas,
ni menos aún jugando a las damas con pastillas celestes.
No, este domingo abriré las ventanas,
caminaré sin cicatrizar el suelo
y perdido en todo anhelo de paz
caeré sonriente como esa lluvia que guardo tu nombre
para llorarte hacia arriba.
Tal vez no lo entiendas, tal vez,
pero sabes, hasta la música triste te quiere...

0 estrías de entendimiento: