Los seres hermosos

Cada vez que el agua mueve la luz
en lo oscuro sonríe la perla conciencia,
cada vez que gritar es poder y frío
en el pezón del tatuaje alguien llora sediento. 
Cada vez que nos sabemos perdidos
buscamos ese ser hermoso, ese cráter, 
que nos contagia de su humano vacío.

Uno en su ilusión cardíaca
abraza la aurora en saliva,
sube a torres de castillos en budín
y arma letras con los codos en las nubes,
donde el verbo es pertenecer.

El sentido del altruismo
es no maltratar el colchón,
la cínica interpretación del dolor
juega a ser un mensaje apagado.

Colgar de un vaso el hambre pasada,
beber del agujero sin fondo que es la belleza
y trasmitir a todo ente ajeno
una felicidad comprobable pero irreal.

Si, los seres hermosos lo son todo
en una nada en deuda y prestada.
Ellos tienen la distancia y las escaleras,
son fuertes en su imagen,
son primavera, verano
y una parva de inocencia inventada.

Todos juegan a mirarse mejor
a dejar de lado el mutismo del arte,
a interpretar lo visual como sagrado.
Yo, ojala sangré hasta ese divino instante
en que un ser hermoso no se encuentre en el espejo
y se ame...